A sus 20 años, Fringz encarna el espíritu de la creatividad contemporánea. Su historia está marcada por un profundo amor por el arte, interés que lo acompaña desde pequeño. Admira la capacidad de los artistas, ya sea en la música, la pintura, el cine o la literatura, para transformar sus emociones en obras de arte.

Fringz no se limita a un estilo definido, sino que explora un enfoque inspirado en el surrealismo. Su visión artística se extiende más allá de los límites convencionales, buscando constantemente reinventarse como un artista híbrido, cuyo único objetivo es desarrollar una auténtica visión creativa.

Su enfoque artístico, marcado por una profunda introspección, plantea una pregunta crucial: ¿hasta qué punto la confrontación con uno mismo es el combustible esencial de la innovación gráfica? A través de sus confidencias, Fringz nos revela un viaje plagado de dudas y reflexiones, pero también de una audacia creativa que desafía las normas.


"Encuentro que enfrentarme a mí mismo es muy intimidante. También soy alguien que piensa mucho y a menudo demasiado. Esto es lo que a menudo me hace dudar, ya sea en mi vida personal o en todos los aspectos de mi trabajo."

Cuando habla de sus desafíos, incluido el de enfrentarse a sí mismo, Fringz toca la fibra sensible. Es esta vulnerabilidad, esta capacidad de profundizar en los vericuetos de su alma lo que lo convierte en un artista aparte. En efecto, ¿no es el arte el reflejo de nuestras batallas interiores, de nuestros triunfos y de nuestros abismos? Fringz lo expresa con una sinceridad cautivadora, demostrando que el verdadero arte nace a menudo en el tumulto de la mente.

El anuncio de sus próximos proyectos, aunque velado por el misterio, promete una evolución en su trayectoria artística. Fringz parece estar en los albores de un nuevo arco creativo, explorando nuevos medios que, con suerte, revolucionarán nuestra percepción del diseño gráfico. Evoca esta fase con una nueva libertad, como si hubiera desmantelado las cadenas de las convenciones para reinventarse a sí mismo. Su visión a largo plazo de trascender a sí mismo para dejar una huella indeleble en el mundo del arte no sólo es ambiciosa sino también inspiradora.

En cuanto a su consejo a los aspirantes a creadores, es tan pragmático como emancipador. “Deja de dudar y déjate llevar”, dice, enfatizando que el arte, en estado puro, es una búsqueda de la verdad personal, un diálogo íntimo entre el creador y su obra.

“El arte es, en mi opinión, una de las formas de expresión más personales que existen en la tierra”.

Su perspectiva sobre el arte, marcada por una aguda introspección y una búsqueda incesante de renovación, es un poderoso recordatorio de que la creación es ante todo un acto de valentía. Un coraje para enfrentarse a uno mismo, para cuestionarse y, en definitiva, para dejar una huella indeleble en el tejido en constante evolución del arte contemporáneo.

Su IG: @7fringz