Gustave Caillebotte: una exposición que repensa la masculinidad en el siglo XIX

Gustave Caillebotte : Une exposition qui repense la masculinité au 19e siècle

Entonces, Gustave Caillebotte … Puede que este nombre no signifique nada para ti, y ahí está la sutileza. Todos conocemos a los famosos impresionistas (Monet, Renoir, Cézanne), pero ¿cuántos de nosotros podríamos ubicar a Caillebotte en este grupo de leyendas? Pocos, sin duda. Sin embargo, fue él quien, entre bastidores, apoyó económica y moralmente a todas estas pequeñas personas. Fue gracias a él, entre otros, que el impresionismo logró traspasar las puertas de los salones oficiales y revolucionar el mundo del arte.

Caillebotte es un pintor que, seamos honestos, tuvo el privilegio de practicar su arte sin presiones económicas. Proveniente de una familia adinerada, no necesitaba vender sus cuadros para vivir, a diferencia de sus colegas que a menudo comían pan seco para pasar el mes. Usó este lujo para pintar París y sus hombres. Porque sí, mientras que la mayoría de sus colegas buscaban captar la luz sobre los paisajes, a Caillebotte le interesaba la ciudad y especialmente los hombres que la habitaban.

Aquí es donde la exposición del Museo de Orsay resulta fascinante. Descubrimos que más del 70% de los personajes que pintó Caillebotte son hombres. Y no sólo vemos caballeros con chistera, ni mucho menos. También hay trabajadores, navegantes, hombres que, a través de su pincel, encarnan la masculinidad de la época. ¿Y qué nos dice esto sobre la visión del hombre en el siglo XIX? Una pregunta que quizás te hagas mientras paseas por las salas de exposición. Las respuestas varían según los cuadros: hombres solitarios en calles desiertas, miradas perdidas en la contemplación, como si la ciudad se los estuviera tragando. Caillebotte pintó la ciudad pero, sobre todo, pintó a quienes vivían en ella.



Pero más allá de las escenas urbanas, hay otra cosa que podríamos abordar: ¿por qué esta fascinación por los hombres? ¿Fue una cuestión de elección artística, una forma de representar el nuevo París o un simple reflejo de su propia visión de la sociedad? Si damos un paso atrás, vemos que su visión de la masculinidad no es tan simple como pintar cuerpos y rostros. Sentimos una cierta melancolía, a veces incluso una forma de desapego, como si estos hombres estuvieran allí, en acción y en otro lugar, en una introspección que sólo el artista podía percibir.

Te hace pensar, ¿no? Quizás tengamos algo que aprender de su manera de representar al hombre en este entorno urbano en plena transformación. Quizás esta exposición nos empuje a reconsiderar nuestra propia visión de la masculinidad actual. ¿Cómo estos hombres pintados hace más de cien años resuenan en los hombres de hoy, en una sociedad donde los roles y las expectativas evolucionan constantemente?

Caillebotte, en última instancia, es un poco un outsider que nos empuja a hacernos preguntas, y eso no es malo. Así que la próxima vez que pases frente a un cuadro suyo, tómate un momento. Pregúntate qué quería decir sobre el hombre, sobre la ciudad y sobre esta época que parece tan lejana, pero que, en realidad, quizás no sea tan distinta a la nuestra.