Son tiempos extraños, ¿verdad? No extraños en el sentido de una rareza calculada o impactante, sino extraños en el sentido de intentar reconciliar contradicciones. Vemos estas paradojas en cada esquina: influencers desconectados, ambientalistas cripto-amigos, o votantes votando por AOC y Trump simultáneamente. No es la moralidad de estas decisiones lo que importa aquí. Lo que importa es la coexistencia de los opuestos.
Tómate un momento para imaginar lo que eso significa. Rechazar a la sociedad mientras acumulas millones de seguidores en TikTok. Creer en la justicia social mientras apoyas a un líder conservador. Hoy, cada vez más personas recuperan estas dualidades y encuentran la libertad en este espacio incierto. Ser humano es ser complejo, y tras años de simplificación algorítmica que nos encasillaron, las etiquetas están a punto de estallar.
El triunfo de la postautenticidad
Bienvenidos a la era de la posautenticidad. Una época en la que ya no buscamos simplemente la "verdad" o la "transparencia", sino que abrazamos nuestra naturaleza contradictoria. Antes, se podía describir al votante típico o al empresario típico. Hoy, todo eso se está desvaneciendo. Las personas encarnan públicamente los opuestos, y esta fragmentación está redefiniendo las reglas del juego cultural.
La trayectoria cultural es clara: conformidad, aspiración, autenticidad y, ahora, introspección radical. Es un cambio hacia la validación interna, un viaje hacia la interioridad. Esta introspección no nos libera de nuestra necesidad de validación social, pero sí nos obliga a ser honestos sobre lo que realmente deseamos.
Y esa es una excelente noticia. ¿Por qué? Porque, para los estrategas, lo extraño es una brújula inigualable.
Lo “raro” como señal precursora
En una charla reciente en TikTok, expliqué que las señales extrañas nos permiten vislumbrar el futuro incluso antes de que podamos comprenderlo. Pensemos en Muscle Beach en los años 70: un fenómeno pequeño, pero terriblemente extraño en aquel entonces. Ver a hombres exhibiendo sus cuerpos musculosos era una transgresión de las normas de género. Hoy en día, el culturismo es una industria colosal y simboliza el respeto por uno mismo.
¿La clave? Lo "raro" que importa es aquel que traspasa los límites invisibles de nuestras normas. Este tipo de rareza se siente físicamente. Es una emoción antes que un análisis racional. Una verdad subyacente que aún no hemos articulado.
Señales extrañas a tener en cuenta en 2025
Tomemos como ejemplo las mommunes, los hogares compartidos por madres solteras. Esto altera el orden tradicional de las relaciones. Por primera vez, las amistades están reemplazando a las relaciones románticas como el epicentro de la vida. Para las marcas de los sectores de la crianza o la comunidad, esto plantea una pregunta crucial: ¿Están creando productos para quienes amamos o para quienes confiamos?
Otro ejemplo: multimillonarios que construyen búnkeres privados y ciudades aisladas en lugar de monumentos públicos. Esto redefine la idea de riqueza. ¿Es un símbolo de estatus para presumir o para desaparecer? Las marcas de lujo deben reflexionar: ¿venden notoriedad o anonimato?
El futuro pertenece a quienes abrazan lo extraño.
Las marcas más exitosas son aquellas que captan estos nuevos valores incluso antes de que los consumidores tengan las palabras para describirlos. Esto requiere valentía y capacidad de escucha. Lo inusual no es una amenaza; es una oportunidad. Nos obliga a repensar lo posible y a definir nuevos paradigmas.
Hace siglos, "extraño" significaba "controlar el destino". Incluso hoy, lo extraño revela el futuro a quienes saben mirar.
Así que no huyas de lo extraño. Ahuyéntalo. Analízalo. Acéptalo. Porque es en estas anomalías donde florece el futuro.
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