En un mundo donde la seguridad financiera a largo plazo es una preocupación importante, la cuestión de las contribuciones para la jubilación da lugar a animados debates. "No estás contribuyendo a la jubilación, ¿no tienes miedo?" es una pregunta frecuente, especialmente para autónomos y emprendedores. Sin embargo, un análisis matemático revela que no cotizar a la jubilación tradicional podría ser no sólo una decisión racional sino también ventajosa.
1. El retorno de las contribuciones para la jubilación: una realidad decepcionante
La Tasa Interna de Retorno (TIR) de los aportes jubilatorios, calculada por el Comité de Orientación Previsional (COR), se ubica actualmente entre 0,6% y 1,9% anual. Este modesto desempeño, en constante caída desde hace una década, plantea interrogantes sobre la eficacia de estas contribuciones como vehículo de inversión para el futuro.
2. Alternativas de inversión: retornos más atractivos
En comparación, las opciones de inversión a largo plazo ofrecen perspectivas mucho más brillantes. Los fondos de seguros de vida Livret A y Euro ofrecen TIR respectivas del 1,8% y del 3,0% antes del ajuste de impuestos. Aún más impresionante, la inversión continua en un ETF global desde 1979 habría generado una TIR del 9,1%, o entre el 5,1% y el 7,0% neto después de impuestos y tasas. Estas cifras ponen de relieve los límites de las aportaciones tradicionales para la jubilación y el interés por recurrir a inversiones más rentables.
3. Impacto en la jubilación definitiva: una diferencia sorprendente
El impacto de estas opciones de inversión en los ingresos de jubilación es asombroso. Para una persona que aporta 12.000 € al año durante 44 años, los escenarios son los siguientes:
- Opción 1: Aportaciones de jubilación con una TIR del 1,5% neto, generando unos ingresos de jubilación de 39.000€ al año.
- Opción 2: Inversión en fondos en euros con una TIR del 2,3% neto, lo que supone unos ingresos de 48.000€ al año.
- Opción 3: Inversión en un ETF global con una TIR del 5,1% neto, que ofrezca unos ingresos de 184.000€ al año.
La conclusión es clara: invertir las sumas destinadas a las cotizaciones de jubilación en un ETF global podría multiplicar los ingresos de jubilación en casi 4,7 respecto a los pagados por el Estado.
Este análisis matemático demuestra que el futuro financiero no reside necesariamente en los sistemas de jubilación tradicionales. Para los autónomos y emprendedores, la oportunidad de gestionar activamente sus ahorros para la jubilación a través de inversiones de mejor rendimiento no sólo es tranquilizadora sino potencialmente mucho más lucrativa. Frente a estos datos, la ausencia de las tradicionales cotizaciones jubilatorias parece menos un riesgo que una sabia estrategia financiera.