Con The Brutalist , el director Brady Corbet presenta una obra que redefine los códigos del biopic y la épica histórica. Protagonizada por Adrien Brody como László Tóth, arquitecto visionario y sobreviviente del Holocausto, la película explora la posguerra estadounidense a través de un prisma donde la estética brutalista se convierte en una metáfora de la lucha por la existencia. Filmada en VistaVision 70 mm , un formato poco común hoy en día, The Brutalist convierte cada toma en un cuadro vivo, capturando con precisión la textura del hormigón y el rigor de las formas arquitectónicas.
La directora de fotografía Lol Crawley se inspiró en los contrastes pictóricos de Edward Hopper y las perspectivas fotográficas de Saul Leiter para crear una imagen impactante. Cada toma es un juego de luz y forma, donde la opresión de las líneas rígidas evoca la historia personal del protagonista.
En esta exigente producción, Corbet logra transcribir la dualidad entre el sueño americano y la desilusión . La imagen no se limita a ilustrar una época: se convierte en su recuerdo, un espacio congelado entre la utopía y la desesperación.
Presentada en el Festival de Cine de Venecia , The Brutalist le valió a Corbet el León de Plata al Mejor Director , antes de ganar tres Globos de Oro , incluyendo Mejor Película y Mejor Director . Su ascenso a los Óscar , donde fue nominada en diez categorías, consagró una película que podría haber quedado como un proyecto invendible, pero que se ha consolidado como un fenómeno de crítica y público.
Este éxito es sorprendente en un panorama cinematográfico dominado por franquicias y plataformas de streaming. ¿Cómo pudo una obra tan densa, de 3 horas y 35 minutos con intermedio , rodada en un formato anticuado, cautivar a un público tan amplio? Este fuerte regreso del ambicioso cine de autor bien podría ser el signo de una reacción a la estandarización de la industria.
En el centro de la película, Adrien Brody ofrece una actuación de una intensidad excepcional, que recuerda su inolvidable papel en El Pianista . Su personaje, László Tóth, es un hombre en busca de reconocimiento, que se enfrenta a un mundo donde el arte y la ambición chocan con realidades brutales.
Coprotagoniza la película con Felicity Jones , quien interpreta con conmovedoramente a Erzsébet Tóth, y Guy Pearce , quien interpreta a un mecenas con intenciones ambivalentes. Juntos, ofrecen una conmovedora frescura humana, sustentada por un guion que combina modernidad y sensibilidad.
¿Una obra que ya es de culto?
El Brutalista no ha sido aclamado universalmente: algunos lo consideran una impresionante demostración de fuerza , mientras que otros lo consideran una obra maestra cinematográfica . Lo cierto es que esta película marca una ruptura y una ambición poco común en el panorama cinematográfico actual.
Más que una película biográfica, más que un homenaje a la arquitectura brutalista, El Brutalista es una exploración del legado artístico, la construcción de la memoria y la persistencia de ideales ante un mundo cambiante. Una experiencia cinematográfica única, ya consolidada como un clásico moderno.
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