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Taylor Swift, la cantante más rica del mundo. Sólo con un título así, ya parece que todo está dicho. Pero detrás de los números, hay una historia mucho más fascinante. Porque Taylor Swift, a sus 34 años, no se limitó a acumular entradas. Redefinió el negocio de la música, sin dejar de ser fiel a lo que la convirtió en un ícono.

1.600 millones de dólares. Una suma vertiginosa y, sobre todo, una suma que la sitúa por delante de Rihanna, que ya contaba con la impresionante cifra de 1.400 millones. Y todo esto, ¿gracias a qué? Su Eras Tour, por supuesto. Si has estado siguiendo las novedades de 2023, sabrás que esta gira, aún en curso, se convirtió en diciembre en la más lucrativa de todos los tiempos. Ha batido récords, tanto que nos preguntamos si no seguirá escalando una y otra vez. Pollstar nos da las cifras, pero básicamente no necesitamos mirar las estadísticas para entender que esta gira de canto es mucho más que una simple serie de conciertos. Es un fenómeno global.

Pero si profundizas un poco más, Taylor Swift no llegó allí por casualidad. No se trata sólo de cifras infladas por las entradas vendidas a precios elevados. Hay trabajo duro, una estrategia precisa y, nos atrevemos a decir, una inteligencia temible detrás de cada decisión que toma. Ocupa el puesto 14 en la lista de multimillonarios de Forbes, ¿y adivina qué? En abril pasado, tenía “sólo” 1.100 millones. Estamos hablando aquí de un aumento deslumbrante, en menos de seis meses. ¿Conoces muchos artistas capaces de generar tantos ingresos en tan poco tiempo?

Aquí es donde Taylor Swift se destaca del resto. Ella no es sólo una estrella, es una emprendedora. 600 millones de dólares provienen de sus regalías y giras, 600 millones de su catálogo musical y 125 millones de inversiones en bienes raíces. ¿Ves a dónde voy con esto? Swift no sólo depende de su música para llenar su cuenta bancaria. Está en todas partes, en la música, en el sector inmobiliario y quién sabe en qué más invertirá mañana.

Y luego está este catálogo. Esta famosa batalla por recuperar sus derechos, que lideró con plena luz, y que le reportó grandes beneficios. No sólo ganó dinero, sino que recuperó el control de su trabajo. Y ese es un mensaje fuerte. Un mensaje para todos aquellos en la industria musical que a veces se sienten desposeídos de su trabajo.

Se podría decir que Taylor Swift es la encarnación del sueño americano. Pero en realidad va más allá. Ella le muestra a una nueva generación de artistas que el éxito no se limita a ser el número 1 en las listas. Se trata de saber gestionar tu carrera, saber dónde y cuándo colocar tus peones, creando oportunidades donde no las hay.

Entonces sí, Taylor Swift es ahora la cantante más rica del mundo. ¿Pero es ésta realmente la información más importante? ¿O es la forma en que construyó este éxito, piedra a piedra, dólar a dólar, sin perder nunca de vista lo que realmente le importa? Y tú, ¿qué opinas al respecto? ¿Su viaje te inspira tanto como a mí?