Nacido en Kinshasa, República Democrática del Congo, Jey Brownie creció en un ambiente donde la música era omnipresente. Su padre, Fofo Le Collegien, era el guitarrista de Koffi Olomidé, una leyenda de la rumba congoleña. “En casa todos tocaban un instrumento. La música era nuestro lenguaje”, confiesa. Desde los 10 años, Jey se convirtió en corista de una iglesia católica, donde perfeccionó su voz durante tres años y medio. “Fue entonces cuando me di cuenta de que tenía un don”, añade.
Al crecer, Jey Brownie se nutrió de las melodías de Michael Jackson y las actuaciones de Chris Brown. “Recuerdo ir a la escuela cantando *Don't Stop 'Till You Get Enough*. Fue a partir de ahí que supe que tenía una voz hermosa”, dice. Estas influencias pop, combinadas con su herencia congoleña, darán forma a su estilo único.
A los 13 años, Jey llegó a Francia, donde vivió por primera vez con su tío y sus primos. El choque cultural es brutal, pero encuentra refugio en la música. “Recuerdo cantar de camino a la escuela. Era mi manera de aferrarme a mis raíces”, explica. Influenciado por Young Thug y The Weeknd, comenzó a explorar un estilo único, mezclando melodías pop y flujos de rap.
En 2015, animado por un amigo, Jey Brownie gastó 30 euros en una sesión de estudio y grabó su primera canción afro. “Era rudimentario, pero tenía la convicción de que tenía que continuar”, recuerda. Descubierto por su primo gracias a un vídeo en Facebook, firmó con el sello AllPoints en 2021. Su primer EP, *Exorde*, salió en marzo de 2022 y marcó el inicio de su reconocimiento. “Este proyecto fue mi manera de decir: estoy aquí y tengo la intención de quedarme”, explica.
El punto de inflexión, *GTB* y la consagración**
En 2023, Jey Brownie alcanza un nuevo pico con *GTB*, un tema de su álbum colaborativo *Faits Divers* con el productor Flem. Su encuentro fue fruto de la casualidad. “Flem me contactó a través de Instagram. Me dijo que amaba lo que estaba haciendo y que quería hacer un sonido conmigo”, dice Jey. Su colaboración da origen a un proyecto atrevido, que combina los mundos oscuros de Flem y las cautivadoras melodías de Jey.
*GTB* se está convirtiendo en un fenómeno viral, acumulando más de 100.000 vídeos en TikTok y entrando entre los 15 temas más escuchados en Francia. “*GTB* cambió mi carrera. Es mi primer éxito y me abrió puertas que ni siquiera imaginaba”, admite. La canción está nominada a Les Flammes 2024 en la categoría “Canción del año”, confirmando el estatus de Jey Brownie como una de las revelaciones del año.
Con *NOCIF 2.0* y su serie EP *G-POP CLASSIKS*, Jey Brownie está creando un movimiento. El G-POP, una contracción de “Ghetto Pop” o “Gangsta Pop”, es un género híbrido que fusiona trap, pop e influencias africanas.
En un mercado musical francés dominado por el rap y el pop tradicional, el G-POP representa un gran avance. Según cifras de Spotify, las reproducciones de Jey Brownie aumentaron un 67 % en 2023, alcanzando 1,67 millones de reproducciones en una semana para *GTB*.
Más allá de los números, Jey Brownie encarna una nueva generación de artistas multiculturales, cómodos entre varios mundos.
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