El viernes por la noche, sin previo aviso, Kendrick Lamar volvió a sacudir la esfera musical al anunciar “GNX”, un álbum completamente nuevo. Un lanzamiento sorpresa. ¿El momento? Impecable. Las redes sociales estallaron de inmediato, con los fanáticos escudriñando cada palabra publicada en el críptico Instagram de @jojoruski, donde Lamar había publicado un clip corto y misterioso unos días antes. ¿Fue solo una demostración? ¿Un adelanto? En realidad, era el anuncio de una obra completa.
Un enfoque minimalista para un máximo impacto
La portada del álbum es intrigante: Kendrick, posado cerca de un Buick GNX, símbolo de una época en la que el poder y el estilo se entrelazaban en el automóvil. Esta elección estética no parece baladí. El álbum de 12 pistas refleja este contraste: pistas complejas e introspectivas como “reincarnated” y “heart pt. 6”, mezclado con sonidos más directos como “tv off” o “hey now”.
¿Y las colaboraciones? Oculto. Sin listas llamativas. Sin embargo, nombres como SZA y Kamasi Washington se invitan sutilmente a la experiencia auditiva. Kendrick hace de “GNX” una obra tan impredecible como controlada, una especie de “purga creativa”, según algunos críticos.
Un genio en la cima de su juego.
Lo sabemos, Lamar nunca está donde lo esperamos. Desde que ganó el Pulitzer por “DAMN.”, se ha negado a seguir las reglas del juego. “GNX” es quizás menos monumental que “To Pimp a Butterfly” o “Mr. Morale & The Big Steppers”, pero es un álbum crudo, una inmersión directa en la mente de Kendrick. Con “GNX”, no busca redefinir el rap, sino explorar lo que pasa por él, aquí y ahora.
La canción principal, “gnx”, ilustra perfectamente este estado de ánimo. Con letras como “Llevo corazones pesados como pesas olímpicas”, hace malabarismos entre el territorio personal y el metafórico y familiar del artista.
Un año en el punto de mira
2024 ya es un año intenso para Lamar. Entre los persistentes rumores de un enfrentamiento con Drake y su esperada futura actuación en el Super Bowl, el artista sigue siendo el centro de la noticia. Esta rivalidad musical con Drake, alimentada por púas en sus respectivas canciones, no ha hecho más que alimentar el interés de los fans. Y, sin embargo, en “GNX”, Lamar se mantiene ante todo fiel a sí mismo, superando esas rencillas para entregar un trabajo sincero.
El futuro de Kendrick: entre el misterio y las promesas
¿”GNX” marca el final de un ciclo o el comienzo de una nueva era? Es difícil de decir. Algunos críticos lo ven como una transición, un respiro antes de un lanzamiento más ambicioso. Pero una cosa es segura: Kendrick Lamar sigue siendo una de las figuras más cautivadoras de la música contemporánea, oscilando entre la poesía y la narración cruda.
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