El pasado mes de septiembre, la plataforma Spotify anunció el lanzamiento de una nueva lista de reproducción personalizada. Llamado “Daylist”, este último pretende inspirarse en nuestros hábitos de escucha, para ofrecernos una selección musical y todo eso, según nuestro estado de ánimo.
“ Es hiperpersonalizado, dinámico y divertido, porque refleja lo que quieres escuchar en este momento” Spotify
Actualizada varias veces durante el día para seguirnos, la funcionalidad ya está disponible en los países de habla inglesa y pronto llegará a Francia.
Si esta reciente innovación de Spotify resalta la creciente importancia de la música en nuestra vida diaria, también es una extensión de nuestra identidad.
La música como espejo de nuestras vidas.
Y si la música es un lenguaje universal que trasciende las barreras culturales, también demuestra ser un poderoso vector de emociones y un espejo de nuestra alma. Desde los primeros momentos se escucha a través del canto de las madres a los bebés y resalta definitivamente su papel en la comunicación emocional humana. 
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Es una fuerza que influye en nuestro bienestar físico y mental, revelando así su capacidad terapéutica adaptada a nuestros cambios de humor. Por lo tanto, la música da un significado muy especial a nuestras experiencias y simplemente promueve la conexión social.
Pero entonces ¿podemos clasificar los gustos musicales teniendo en cuenta varios parámetros, como la edad y la personalidad?
Según algunos estudios, parece que los seguidores del mismo género pueden compartir rasgos de carácter comunes, independientemente de su cultura, género u origen geográfico. Sin embargo, las preferencias musicales evolucionan con el tiempo, dependiendo de las diferentes experiencias y de las influencias a las que estamos expuestos.
Otros investigadores sostienen que estas afinidades están más bien ligadas a nuestros orígenes culturales y al entorno que nos rodea; por tanto, la posibilidad de transmisión transgeneracional puede darse de padres a hijos. Predilecciones que son en gran medida producto de la cultura. En línea con esta perspectiva y considerando que la educación de una persona ejerce una influencia notable en sus gustos musicales, se hace difícil considerarlos como un fenómeno universal. 
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Los ecos conmovedores de nuestras afinidades musicales
Mucho más que un simple reflejo de nuestra esencia, la música teje estrechos vínculos con nuestros recuerdos y los momentos significativos de nuestra existencia. Como un auténtico gabinete de curiosidades, la lista de reproducción se transforma en un espacio íntimo donde cada canción, cada artista, cada género musical, se convierte en un archivo de nuestras experiencias. Una apropiación de la música que finalmente perdura como un agregado de recuerdos.
Fuente inagotable de comprensión de nosotros mismos y testigo silencioso, nos acompaña durante todo nuestro viaje y va mucho más allá del simple entretenimiento, sino que se convierte en parte indeleble de nuestra identidad.
Escrito por Camille Noël Djaleb
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