Ironman de Hawaii: Jonathan Pascual triunfa sobre un cáncer terminal

Ironman d’Hawaï : Jonathan Pascual triomphe face au cancer en phase terminale
Jonathan Pascual ha llegado al final del Ironman Hawaii. Una hazaña en sí misma para cualquier deportista, pero para él es una victoria más allá del desempeño, más allá incluso de lo posible. Imagínese: 226 kilómetros de pura resistencia: 3,8 km nadando entre las olas, 180 km en bicicleta bajo el sol abrasador y, finalmente, un maratón de 42,2 km para completar el circuito. Y Jonathan terminó esta carrera en 16 horas, 12 minutos y 46 segundos. No es un récord mundial, no. Pero un récord de valentía, porque Jonathan tiene 50 años y tiene cáncer en etapa 4.

La palabra “increíble” adquiere aquí todo su significado. No es sólo un hombre que desafía el reloj; es un cuerpo asolado por un tumor cerebral, un cáncer extendido a los pulmones y a los huesos, que sigue avanzando, paso a paso. No es un superhéroe, Jonathan. Es un hombre corriente que decidió luchar contra todo lo que nos impediría a la mayoría de nosotros levantarnos por la mañana.

¿Por qué un Ironman? ¿Por qué esta locura de 226 kilómetros? Porque para él no era sólo una carrera. Jonathan quería demostrar algo, y no sólo a sí mismo. “Este Ironman fue más que una carrera para mí; fue un reflejo de la resiliencia que todos tenemos ante la adversidad”, explicó. El cáncer, las enfermedades crónicas, las batallas por la salud mental, las injusticias de la vida: todo lo lleva consigo, para él, para todos nosotros.

Y sintió esta carrera en cada fibra de su cuerpo. En cada pedalada, en cada zancada, su cáncer estaba ahí, una sombra silenciosa, un obstáculo más. Pero fue en el agua donde el desafío adquirió otra dimensión. Mientras estaba acostado para nadar, su tumor comprimió sus venas, restringiendo el flujo sanguíneo y el aire a sus pulmones. "Hubo momentos en los que tuve que girarme boca arriba sólo para recuperar el aliento", dice. Imagínate luchando por respirar, luchando contra tu propio cuerpo para no rendirte. Jonathan tuvo que detenerse, darse la vuelta, recurrir a sus reservas más profundas, pero nunca dejó que la enfermedad decidiera su destino.

Entonces sí, está lejos del campeón de carrera, el que completó el Ironman en 7 horas y 35 minutos. Pero Jonathan Pascual no necesita este podio. Su trofeo es este momento, esta línea de meta cruzada con sus últimas fuerzas. Por él, por todos aquellos que, como él, se enfrentan a la injusticia de una enfermedad que carcome la vida, pero nunca el coraje.