No les voy a mentir, cuando vi a Léon Marchand sumergirse en la piscina olímpica esa noche, contuve la respiración. Este chico de Toulouse, de apenas 22 años, acababa de lograr lo impensable: dos medallas de oro individuales en un solo día. ¡Nunca antes visto en la historia de la natación olímpica!
Imagínese: primero, aplasta a la competencia en los 200 m mariposa. Luego, unas horas más tarde, estaba de nuevo en la parrilla de salida de los 200 m braza. Aún con los músculos doloridos por su primera actuación, se arrojó al agua como si nada hubiera pasado. ¿Y qué crees que está pasando? ¡Gana el oro, una vez más!
Tres medallas de oro en el bolsillo y los Juegos ni siquiera han terminado. Léon Marchand no sólo participa en estos Juegos Olímpicos, sino que los está redefiniendo.
Pero no nos equivoquemos, este “milagro” no cayó del cielo. Léon ha estado inmerso en la natación desde su nacimiento. Hijo de Xavier Marchand, medallista mundial, y de Céline Bonnet, ex plusmarquista francesa, el cloro prácticamente corre por sus venas.
Tuve la oportunidad de seguir su trayectoria desde su debut con los Dauphins du TOEC en Toulouse. Incluso entonces, este niño tenía algo especial. Fluidez en el agua, técnica impecable y, sobre todo, determinación inquebrantable.
2019 marca su sensacional entrada en la escena nacional: campeón de Francia en los 200 m mariposa con sólo 17 años. Luego llega 2020, un año fundamental en el que ganó dos títulos nacionales. Pero Léon no se contenta con las cuencas francesas. Tiene hambre de victorias, sed de récords.
Aquí es donde entra Bob Bowman, el hombre detrás de la leyenda Michael Phelps. Cuando supe que León iba a entrenar con él en Arizona, supe que íbamos a presenciar algo excepcional. Y no me decepcioné.
¿El Campeonato del Mundo de 2022 en Budapest? Dos medallas de oro. ¿Fukuoka 2023? Tres medallas de oro y el título de mejor nadador masculino. Pero lo más destacado del espectáculo es este récord mundial en los 400 metros combinados. 4:02.50. Déjame decirte que cuando vi esta vez me dio escalofríos.
Lo que me llama la atención de Léon es su humildad ante sus hazañas. Después de romper el récord de Phelps, simplemente dijo: "Fue una locura, una de las cosas más difíciles que he hecho". Esta capacidad de superar los propios límites sin dejar de estar anclado en la realidad es la marca de los grandes campeones.
Entonces sí, Léon Marchand está reescribiendo la historia de la natación. Pero no nos equivoquemos, esto es sólo el comienzo. A sus 22 años, con tres medallas de oro olímpicas ya colgadas del cuello, todavía le quedan muchos buenos años por delante.
No sé ustedes, pero yo no puedo esperar a ver adónde nos llevará este fenómeno de Toulouse. Una cosa es segura: la natación francesa no ha terminado de brillar, y Léon Marchand es su brillante portador de la antorcha.
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