Elon Musk ha presentado una demanda contra OpenAI y sus fundadores, Sam Altman y Greg Brockman, acusándolos de haber abandonado su desafío inicial de crear inteligencia artificial (IA) “en beneficio de la humanidad en su conjunto”. Altman y Brockman se acercaron a Musk, cofundador y partidario de OpenAI, en 2018 para lanzar OpenAI como una organización sin fines de lucro, con el objetivo de crear IA. Tecnología “a disposición gratuita” del público.
Tres años después de su creación, en 2018, el emprendedor se alejó de la empresa angelina. Sin embargo, siguió apoyando a OpenAI, con contribuciones que ascendieron a 44 millones de dólares entre 2016 y 2020. En el marco de la denuncia de Los Ángeles, los abogados de Musk argumentan que OpenAI y sus fundadores abandonaron el objetivo de la empresa sin fines de lucro a través de su asociación con Microsoft. . Esta asociación, concluida en 2019, permitió al gigante tecnológico proporcionar al brazo comercial de la empresa, OpenAI Global, 1.000 millones de dólares, seguido de una inversión adicional de 10.000 millones de dólares en 2023.
“Hasta el día de hoy, el sitio web de OpenAI, Inc. sostiene que su estatuto es garantizar que la AGI (inteligencia general artificial) beneficie a toda la humanidad. En realidad, sin embargo, OpenAI, Inc. se ha transformado en una filial de facto de código cerrado de la empresa de tecnología más grande del mundo: Microsoft”, afirma la denuncia. Los abogados argumentan que la tecnología de OpenAI, incluido GPT-four, se creó "principalmente para servir a los intereses comerciales de propiedad de Microsoft".
Esta moción legal plantea preguntas fundamentales sobre el futuro de la inteligencia artificial y su accesibilidad. Destaca las tensiones entre los objetivos filantrópicos originales de OpenAI y las realidades comerciales que pueden influir en el desarrollo y distribución de tecnologías innovadoras. La decisión de Elon Musk de demandar a OpenAI y sus fundadores podría marcar un punto de inflexión en la forma en que las empresas y las organizaciones sin fines de lucro colaboran en la IA, subrayando la importancia de permanecer fieles a sus misiones originales mientras se navega por el complejo panorama de los intereses comerciales.
Tres años después de su creación, en 2018, el emprendedor se alejó de la empresa angelina. Sin embargo, siguió apoyando a OpenAI, con contribuciones que ascendieron a 44 millones de dólares entre 2016 y 2020. En el marco de la denuncia de Los Ángeles, los abogados de Musk argumentan que OpenAI y sus fundadores abandonaron el objetivo de la empresa sin fines de lucro a través de su asociación con Microsoft. . Esta asociación, concluida en 2019, permitió al gigante tecnológico proporcionar al brazo comercial de la empresa, OpenAI Global, 1.000 millones de dólares, seguido de una inversión adicional de 10.000 millones de dólares en 2023.
“Hasta el día de hoy, el sitio web de OpenAI, Inc. sostiene que su estatuto es garantizar que la AGI (inteligencia general artificial) beneficie a toda la humanidad. En realidad, sin embargo, OpenAI, Inc. se ha transformado en una filial de facto de código cerrado de la empresa de tecnología más grande del mundo: Microsoft”, afirma la denuncia. Los abogados argumentan que la tecnología de OpenAI, incluido GPT-four, se creó "principalmente para servir a los intereses comerciales de propiedad de Microsoft".
Esta moción legal plantea preguntas fundamentales sobre el futuro de la inteligencia artificial y su accesibilidad. Destaca las tensiones entre los objetivos filantrópicos originales de OpenAI y las realidades comerciales que pueden influir en el desarrollo y distribución de tecnologías innovadoras. La decisión de Elon Musk de demandar a OpenAI y sus fundadores podría marcar un punto de inflexión en la forma en que las empresas y las organizaciones sin fines de lucro colaboran en la IA, subrayando la importancia de permanecer fieles a sus misiones originales mientras se navega por el complejo panorama de los intereses comerciales.