Durante la última Cumbre de la Abundancia, Emad Mostaque, director ejecutivo de Stability AI, echó un vistazo al estanque al decir que “no tendríamos más humanos codificando en 5 años”. Esta audaz afirmación nos hace pensar: ¿es este el fin de la programación humana tal como la conocemos?
Es innegable que la inteligencia artificial (IA) ha logrado avances asombrosos.
Tres puntos de datos notables demuestran esta evolución:
- ChatGPT de OpenAI , a principios de 2023, aprobó el examen de Google para desarrolladores de software senior, lo que marcó un punto de inflexión en el reconocimiento de la IA como un posible sustituto de las habilidades humanas.
- GitHub reveló que el 46% del código en todos los lenguajes se generó utilizando Copilot, su herramienta de desarrollo impulsada por IA.
- AlphaCode de DeepMind , en sus primeras pruebas, superó las habilidades de programación humana al vencer al 45% de los programadores expertos en una competencia.
Estos desarrollos, que ocurrieron poco después del lanzamiento de ChatGPT, nos llevan a cuestionar el futuro de la codificación y el papel de los programadores humanos. ¿Está la IA preparada para eliminar por completo la necesidad de programadores humanos o, en cambio, nos convertirá a todos en codificadores?
En este contexto de incertidumbre, emerge una visión de futuro más optimista y abundante. Un futuro en el que la codificación, lejos de ser una habilidad elitista, sea accesible para todos, permitiendo que más personas resuelvan problemas significativos y contribuyan positivamente a la sociedad.
La IA está democratizando la codificación
La llegada de las tecnologías de IA generativa promete transformar radicalmente nuestro enfoque de la codificación. Como señaló el director ejecutivo de NVIDIA, Jensen Huang, la IA abre la programación informática a cualquiera que pueda describir la tarea en cuestión en lenguaje natural. Así, médicos, abogados e incluso niños podrían empezar a codificar, superando las barreras tradicionalmente asociadas a esta disciplina.
Las plataformas “sin código” y “bajo código” ilustran perfectamente esta revolución en curso. Ofrecen a personas no iniciadas la posibilidad de crear aplicaciones sin grandes conocimientos de codificación, poniendo el poder de la programación al alcance de todos.
¿Aún necesitas aprender a codificar?
Ante esta evolución, ¿deberíamos considerar obsoleto aprender a codificar? No necesariamente. La programación va más allá de simplemente escribir código; incorpora una forma de pensamiento computacional que agudiza nuestra capacidad para analizar y resolver problemas complejos. Es una habilidad que, lejos de perder su valor, será aún más crucial en la era de la IA.
Los mejores codificadores: híbridos humano-IA
La combinación de humanos e inteligencia artificial en el campo de la codificación solo amplifica nuestras capacidades. Herramientas como Replit y Copilot de GitHub ya están mostrando cómo la IA puede aumentar la eficiencia y la productividad de los desarrolladores, automatizando tareas repetitivas y facilitando el aprendizaje.
Esta sinergia entre la inteligencia humana y la artificial marca el comienzo de una era en la que las habilidades de programación, enriquecidas por la IA, se convierten en un superpoder accesible a todos.
¿Por qué esto importa?
Al democratizar la codificación y aumentar las capacidades de los programadores gracias a la IA, estamos dando forma plenamente a nuestro futuro. Este desarrollo no es sólo un avance tecnológico; representa una oportunidad sin precedentes para resolver los grandes desafíos de la humanidad.
En la próxima Cumbre sobre la Abundancia de 2024, líderes de IA como Nat Friedman, Mustafa Suleyman, Emad Mustaque, Eric Schmidt y Ray Kurzweil abordarán este tema candente. Explorarán cómo la IA y la colaboración entre humanos e IA transformarán no solo el campo de la codificación sino también otras industrias propicias para la disrupción, como la atención médica.
Estamos en los albores de una revolución en la que la codificación ya no será prerrogativa de una élite técnica, sino una habilidad universal, que abrirá horizontes ilimitados para la innovación y la creatividad.